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#Monteverde | LA HISTORIA DETRÁS DEL BOSQUE ETERNO DE LOS NIÑOS

EL Bosque Eterno de los Niños en Monteverde es la reserva privada más grande y más protegida del país, y que se ha convertido en un paradigma mundial del respeto al medio ambiente y la sostenibilidad.


Esta reserva existe desde 1988 gracias al sueño y al esfuerzo de un grupo de niños del colegio rural Fagerviks, en la pequeña ciudad de Sorunda, al sur de Estocolmo en Suecia . Los pequeños decidieron hornear galletas caseras de jengibre y chocolate para venderlas y así poder comprar y proteger los amenazados bosques tropicales de Costa Rica.


Pero... ¿Cómo nació esta iniciativa?, ¿Cómo es que un remoto lugar, en un país centroamericano tan pequeño como Costa Rica, logra generar un impacto tan grande en un grupo de niños al otro lado del mundo, a tal punto de ver nacer uno de los actos de altruismo más importantes de nuestra historia?



Todo empezó en hace 32 años, en 1987 cuando la profesora de Ciencias Eha Kern en clase  abordaba los bosques tropicales. La maestra, para incentivar a sus alumnos a comprender y a respetar la naturaleza, decidió invitar a la bióloga estadounidense Sharon Kinsman de la Asociación Conservacionista de Monteverde (ACM), para que aportara su experiencia en Costa Rica.


Después de que Sharon contara a los niños como era el ecosistema de los bosques nubosos y lluviosos, mostrando la riqueza de sus plantas y animales con fotografías, explicando la importancia de proteger estos espacios vitales ante amenazas como la deforestación para la explotación de maderera, agrícola y ganadera, argumentando que en la Tierra cada segundo desaparecía talada un área del tamaño de un campo de fútbol, produjo un gran impacto en los pequeños, que preocupados por un futuro sin bosques donde no pudieron disfrutar ellos mismos de tales riquezas naturales, decidieron hacer algo para poder preservar la vida del bosque. Los niños liderados por Roland Teinsuu de nueve años y su maestra, motivaron a todo el colegio a recaudar dinero para comprar y proteger esos bosques amenazados en un rincón de un país llamado Costa Rica.


Vendiendo galletas de jengibre y chocolate que horneaban en casa con sus familias, recolectando residuos de vidrio y metal, bañando perros o pidiendo pequeños trozos de bosque como regalo de cumpleaños o de navidad, los pequeños niños suecos lograron recolectar lo suficiente para comprar seis hectáreas de selva colindantes con la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde gestionada por la ACM, al precio de 250 dólares por hectárea con documentos legales de propiedad, esto fue el primer empuje para crear esta afamada área silvestre, que fue creada para proteger la flora, la fauna y los recursos hídricos, con un intenso programa de educación ambiental, y por eso se bautizó con el nombre de El Bosque Eterno de los Niños.


La superficie original del Bosque Eterno de los Niños ha ido creciendo hasta llegar a las casi 25.600 hectáreas que ocupa hoy la reserva privada más grande de Costa Rica, gracias a la rápida difusión que obtuvo esta iniciativa, que demostró que algunas utopías sí podían llegar a hacerse realidad. Consiguió inspirar a otras escuelas y organizaciones del país, implicar a la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional con fondos destinados a la reforestación y la educación ambiental, y contó con aportaciones privadas de otros 43 países para la adquisición y protección de las tierras de bosque y selva.



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